1 - Lo que nunca deberían haber visto…
La curiosidad natural de tus hijos les puede conducir a contenidos (textos e imágenes) de carácter denigrante, racista, discriminatorio, sexual, violento… o que les aliente a realizar actividades que pongan en riesgo su integridad psicológica o física.
2 - A quién nunca deberían haber conocido…
Por desgracia, ya son bastantes los casos de pederastas que haciéndose pasar por otro niño o un personaje “fantástico” se ganan la confianza de nuestros hijos para mantener conversaciones obscenas y abiertamente sexuales o, incluso, concertar encuentros en el mundo real.
3. Lo que nunca deberían haber hecho…
A través de mensajes de correo, foros o chats, nuestros hijos pueden ser convencidos, engañados e incluso coaccionados para cometer toda clase de delitos tanto dentro como fuera de Internet.
4. Lo que nunca deberían haber comprado…
Nuestros hijos, con el conocimiento de nuestros datos bancarios o número de tarjeta de crédito, pueden comprar casi cualquier cosa, desde un póster a un coche de lujo o contratar servicios, desde juegos online a una vuelta al mundo.
5. Lo que nunca tendrían que haber descargado en el ordenador…
Muchas son las páginas web, mensajes de correo, programas P2P (peer to peer) que permiten la descarga de todo tipo de ficheros de música, juegos, documentos… el problema es que mu¬chos de ellos, bajo una aparien¬cia inofensiva, esconden virus o programas que infectan o abren las puertas del ordenador a hackers (que entre otras cosas, pueden robar nues¬tros datos confidenciales).
La curiosidad natural de tus hijos les puede conducir a contenidos (textos e imágenes) de carácter denigrante, racista, discriminatorio, sexual, violento… o que les aliente a realizar actividades que pongan en riesgo su integridad psicológica o física.
2 - A quién nunca deberían haber conocido…
Por desgracia, ya son bastantes los casos de pederastas que haciéndose pasar por otro niño o un personaje “fantástico” se ganan la confianza de nuestros hijos para mantener conversaciones obscenas y abiertamente sexuales o, incluso, concertar encuentros en el mundo real.
3. Lo que nunca deberían haber hecho…
A través de mensajes de correo, foros o chats, nuestros hijos pueden ser convencidos, engañados e incluso coaccionados para cometer toda clase de delitos tanto dentro como fuera de Internet.
4. Lo que nunca deberían haber comprado…
Nuestros hijos, con el conocimiento de nuestros datos bancarios o número de tarjeta de crédito, pueden comprar casi cualquier cosa, desde un póster a un coche de lujo o contratar servicios, desde juegos online a una vuelta al mundo.
5. Lo que nunca tendrían que haber descargado en el ordenador…
Muchas son las páginas web, mensajes de correo, programas P2P (peer to peer) que permiten la descarga de todo tipo de ficheros de música, juegos, documentos… el problema es que mu¬chos de ellos, bajo una aparien¬cia inofensiva, esconden virus o programas que infectan o abren las puertas del ordenador a hackers (que entre otras cosas, pueden robar nues¬tros datos confidenciales).
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